Actualmente se tenia establecido que solamente se podía recuperar el 50% de los materiales de las baterías de los vehículos eléctricos, lo que representaba un material no compatible con una economía circular, es decir, un material que no es completamente reciclable.
Una compañía de origen tailandés logró desarrollar un proceso de reciclaje hidrometalúrgico bajo en emisiones de dióxido de carbono que permite que los materiales puedan ser reutilizados para la producción de nuevas baterías.
Se espera a que la demanda de niquel y manganeso aumente en un 800% en los próximos años, de igual forma las operaciones mineras para la extracción aumentaran en un 500%, pero con el proceso de reciclaje se espera reducir hasta en un 90%.
Este es un claro ejemplo de cómo las grandes empresas se están preparando para la gran demanda de baterías para vehículos eléctricos. Donde la conservación del medio ambiente, la optimización de los materiales y la producción limpia son esenciales.
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